19 de noviembre de 2009
El extraño caso de Ramón Colorado
Cuando mires a tu alrededor toma en cuenta los objetos, todo guarda vibras, tiene vida y produce energías...
La familia de Concha vivía en los extremos de la ciudad de Abasolo, una abandonada y petrea población de polvo e insectos en su mayoría.
Los gatos dominaban las calles y por las noches en un toque de queda se guardabán los habitantes para sobrevivir al miedo.
El olor a muerte, el abandono y la carencia de días felices rondaba a los Trujillo Mercado, hacía más de diez años que se distanciaron y su aspecto lo decía todo, Concha aún guardaba esa inocencia y bella mirada que cuando pequeña la hacía sonreir, pero su espíritu estaba tan oscurecido y opacado por el dolor y el tiempo... Concha se fabricaba fantasías y amigos de pedazos de tela, de trozos de madera, de botones, de desechos, de basura y objetos que catalogaba como valiosos dependiendo su aspecto, entre más oxidados más valían, y los olvidados merecían un enorme respeto; un día encontró un botón rojo hermoso, antiguo, y duro como trozo de marfil, y junto con un retazo de cortina del cuarto de los misterios se hizo un personaje al que llamó Ramón Colorado, con quien platicaba por las noches y desayunaba aire por las mañanas, a quien le contaba de viajes maravillosos y jardines soñados, Ramón Colorado llegó a ser como aquel padre que ella necesitaba, como aquella mascota que tanto anheló y nunca tuvo, Ramón Colorado fue la compañía de Concha, le ayudó a mitigar la comezón provocada por las cadenas de hierro, a sentirse menos culpable por la familia quebrada y moribunda, a extrañar menos a su madre, quien partiera del mundo tras su nacimiento, a quien no pudo conocer y se recreó en un dibujo de tierra en una tabla astillada.
El martes 7 de febrero Ramón colorado liberó a Concha, un fierro con punta, y el juego maravilloso de las manchitas rojas sobre las muñecas hicieron que un letargo eterno llevara a Concha a su tierra utópica, y nuevamente sonrió después de 40 años, Concha y Ramón tomaron un tren hacia el paraiso.
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