8 de julio de 2009
Teocelo
Una mirada lejana
dueña de todo mi silencio
el olor a humedo
y la frágil hoja de café cayendo en la huerta.
respiro tus calles
las respiro de lejos
en el recuerdo de la infancia,
en la nostalgia de la familia,
en el sabor de la noche,
en el amor,
te respiro en este amor,
mi pequeño y apacible pueblo,
terrible víctima del nada pasa,
afortunado ganador del no pasa nada.
Te pienso, en mi jueves de trabajo,
en mi sangre acumulada,
ancestros vagan, de tí, al alma que vive en mi cuerpo.
te llevo, muy dentro, muy fuerte, y muy lejos.
A donde voy te llevo.
mi querido teocelo.
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