Siempre nos han dicho como gesto amable ¡Sonríe!, pero que pasaría si nos dijeran ¡Llora!, imposible, llorar es un tabú parecido a caminar desnudo por las calles, te encuentras con personas sonrientes y enojadas a lo largo del camino y nada expresas, pero si vez a alguien llorando quizá te detengas o pases más rápido de lo normal, observa, todo en su entorno está sobre esa persona, ¿por qué llora? se preguntarán todos, pero nadie se acercará a ofrecerle ayuda, si fuera así, bueno estaríamos hablando de alguien excepcional, los demás gozan ese morbo que se va directo al dolor, a desconocer la tragedia pero inventarla, por muy oscura que resulte, suponer invade el cuerpo, saberse en supuesto mejor estado y compararse.
La mayoría se alejará de las lágrimas, porque el ver y que esa persona nos vea y estar cerca nos provoca pena,es un tabú, el tabú en sí es eso, negamos expresar sentimientos compartidos que nos puedan hacer parecer fuera de lugar, si me desnudara en la calle más de uno lo notaría, las miradas estarían clavadas sobre mi cuerpo, porque he dejado ver lo que nunca muestra el ser humano, piel con altos y bajos relieves, piel con pelos, con colores distintos, piel real.
Los ojos forman parte de esas partes, son altos y bajos relieves que producen agua, la única diferencia es que estos los debemos mostrar y llevar bien abiertos, pero sin embargo, son una de las partes más íntimas del cuerpo, por eso llorar forma parte de los tabús más serios, externa el dolor.
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