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26 de abril de 2010

En Boca del Cielo ¡ Ví Delfines !


Lomos de delfines brillando tras el tumbo en el mar del pacífico, había quizá un ciento de ellos, aparecían de manera esporádica, nunca en mi vida había visto una cosa así, si había visto delfines, pero insisto, nunca así, en estado natural, ¡ Libres !, reales, vivos, en la inmensidad, en completa calma.
Las lágrimas incluso, estuvieron a punto de explotar, la sensación de alegría se trepó por todos mis poros, el momento fué mágico, me resulta algo tan revelador, nada en ese instante superaba la oportunidad de estar tan cerca de la creación divina, ésto que viví era para darme cuenta cuán pequeña soy, cuan grande puedo ser con sólo abrir bien los ojos o cerrarlos para mirar dentro mío, es igual si la intención es creer.
Amo la tierra, el mar, las nubes, el aire, el amor; amo tantas cosas que me han sido regaladas, que me pertenecen, que sólo debo tocar con la suavidad con que tocan las manos del alma.
¡Delfines en Boca del Cielo! y aún sigo sintiendo que fué un sueño, sintiendo esa emoción que se me desborda por cada bello, que se siente en el brillo de los ojos.

Esa paz y esa calma que me darán fuerza para sobrevivir el infernal pavimento, el ir y venir de la terrible ciudad, oficios, gente malencarada que no saluda, que nunca sonrie, que divide, que segrega, gente con quien convivimos a diario y ni nos mira a los ojos, a quienes no les interesa si un día es triste o alegre para el de junto, quienes sólo se dedican a juzgar, a explotar, perdidos en ambiciones metálicas, en billetes, en objetos, burocracia agresiva, escritorios incómodos, papeleos, plástico, gente de plástico, narcisos de nylon, las paredes, el encierro y el piso gris.
Es terrible cierto, pero yo formo parte de ese horror, quiero que termine, que las personas reflexionen, que se desarrollen por dentro, que lo hagamos juntos, que cambie todo, que entendamos el valor de ser humanos, desnudos, vivos, llenos de alma, de espiritualidad, quiero que el hombre que soy y que eres, ésta humanidad se mueva, se transforme, mute, porque ésto tan feo que está pasando sólo así terminará, cuando nos acerquemos y comencemos a buscar el brillo en tanta opacidad, si el otro es malo, quiza es un reflejo de mi maldad, está claro que yo quiero que las cosas estén bien, así que buscaré la manera de contagiar cosas buenas.

Deberé encontrarle el lado positivo a todas las cosas, sonreir, suspirar, recordar lo bello que es vivir, mirar al cielo, el que me une con la Boca del lugar más bello, creo es uno de los mensajes más simples, pero será el más útil -OPTIMISMO-.

... y agradecer haber podido presenciar una cosa como "Delfines, cerca de mi corazón".

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