Hay que darle importancia a los sueños, contarlos, escribirlos, dibujarlos, hacerlos verdaderos de alguna manera, que sean ilusiones soñadas y luego realidades llenas de imaginación ilimitada.
Sublimes ideas plasmadas.
"Ayer me soñé con pijama azul, caminando por un espacio abierto muy grande, no había casas, ni árboles, ni gente, ni nada, estaba sola en medio de esa nada. Desperté sintiéndome plena".
Vivir los sueños, con el ánimo de que se conviertan en remedios para el alma, es un consejo que recibí de manera onírica, y deseo compartirlo.
29 de junio de 2011
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